Tesis:

Reindustrialización y territorio en la crisis económica de los años 70. Nuevos procesos y patrones en el espacio industrial madrileño


  • Autor: ALONSO TEIXIDOR, Luis Felipe

  • Título: Reindustrialización y territorio en la crisis económica de los años 70. Nuevos procesos y patrones en el espacio industrial madrileño

  • Fecha: 1998

  • Materia: Sin materia definida

  • Escuela: E.T.S. DE ARQUITECTURA

  • Departamentos: URBANISTICA Y ORDENACION DEL TERRITORIO

  • Acceso electrónico: http://oa.upm.es/6339/

  • Director/a 1º: LOPEZ DE LUCIO, Ramón

  • Resumen: El presente trabajo no se centra en los aspectos sectoriales de la industria en el territorio madrileño, sino más bien en el espacio físico de esas actividades, considerando especialmente los aspectos diferenciales de la recesión en la configuración del patrón metropolitano de la implantación industrial y los efectos de ésta en la formación y las formas del nuevo espacio productivo y sus piezas. En este orden de cosas, se trata de mostrar aquí que el período de recesión no sólo comportó diferencias significativas respecto al período de crecimiento e industrialización anterior, sino que fue aportando algunos elementos nuevos que se incorporarían plenamente a la dinámica de formación y desarrollo del nuevo espacio productivo a lo largo de la segunda parte de los años 80. A lo largo de este trabajo se comprueba como la dinámica de la implantación industrial no sólo no decrece, sino que se intensifica en el número, aunque también se muestra como aparece dominada por un conjunto de características bien definidas, que afectan a las dimensiones de los establecimientos, a la precariedad económica de las empresas y, en consecuencia, a las pautas del espacio físico de la nueva implantación. Estas pautas se reflejan, de una parte, en una dualidad en las preferencias locacionales, que por un lado tienden a consolidar las líneas del patrón de asentamientos del período anterior y por otro, abren nuevos frentes territoriales. De otra parte, en las características de los nuevos tejidos, tanto en lo que respecta al tamaño de las unidades como en sus características de forma y desarrollo. Se asume que la precariedad de la situación de partida, y la lucha por sobrevivir, presionaban sobre la necesidad de las nuevas empresas para minimizar, tanto sus costes de implantación como sus tiempos de instalación y puesta en marcha. Por otra parte si en general el recurso a formas de economía informal o sumergida fue clave en la dinámica de la implantación de aquel período, este recurso no escapó al espacio físico de la actividad. En este contexto fueron cruciales la peculiar situación y la contribución de dos instituciones básicas en el desarrollo y el control territorial del espacio físico: la institución urbanística y la institución del mercado inmobiliario en el sector. El período de recesión, en su primera parte, reflejó completamente la crisis de las instituciones urbanísticas y el planeamiento de los años 60 y llevó al límite sus carencias. Las pautas locacionales de los tejidos más significativos de la crisis, y sus procesos de formación y desarrollo fueron el mejor exponente de esa situación caótica, que se mantuvo básicamente a lo largo del período pese a los esfuerzos iniciados, en sentido contrario, a partir de 1979. Paradójicamente, ante la ausencia de iniciativas públicas capaces de encauzar y reglar en el territorio los problemas de esta oleada de implantaciones, fueron algunas iniciativas inmobiliarias las que facilitaron que el proceso industrializador se sostuviese en Madrid en un período tan crítico, al proveer espacio físico a costes asumíbles por las empresas en unos tiempos y condiciones (v.g. naves construidas en vez de suelo) que favorecían una rápida puesta en marcha de la actividad. Sin embargo esto se llevó a cabo en forma de urbanizaciones salvajes y altamente deficientes, que no tardaría en trasladar enormes costes sociales al futuro próximo y más lejano. A algunos de los elementos del cambio, surgidos en el seno de la crisis, contribuyeron los efectos revitalizadores del cambio del sistema político, que constituyeron aquí, como en otras partes de España, un factor decisivo para activar la reacción necesaria frente al demoledor clima económico de la recesión, y esta contribución aparece, muy especialmente, en las decisiones urbanísticas de la segunda parte de este período, aunque sus efectos sólo serían visibles a partir de 1985. En todo caso, la comparativa vitalidad económica de la metrópoli madrileña durante la recesión no fue fruto de la casualidad, y su salida de la crisis tuvo mucho que ver con la favorable composición sectorial y la modernidad del tejido empresarial que se había alcanzado al final del período de crecimiento sostenido anterior y que sin duda, marcaba una diferencia respecto a otras grandes metrópolis españolas de mayor o más antigua tradición industrial