Tesis:
Útiles del Proyecto: tiempo y memoria en los edificios.
- Autor: SOTO DE AGUIRRE, Álvaro
- Título: Útiles del Proyecto: tiempo y memoria en los edificios.
- Fecha: 2010
- Materia: Sin materia definida
- Escuela: E.T.S. DE ARQUITECTURA
- Departamentos: PROYECTOS ARQUITECTONICOS
- Acceso electrónico: http://oa.upm.es/5288/
- Director/a 1º: GONZALEZ CAPITEL, Antón
- Resumen: La contigüidad es un concepto ambiguo. Relaciona sin necesidad de exigir firmeza en la unión como es preciso en la continuidad. Representa algún tipo de contacto, por estar dos cosas próximas, pero no requiere mayor lealtad que la de su situación de vecindad en el momento de su descripción. Como arquitecto supongo que los ejemplos que van enriqueciendo la enciclopedia particular de los edificios es un universo distinto de cualquier otro y doy por seguro que está formado por vecindades insospechadas, es decir contigüidades de objetos reunidos con cierta anarquía o casualidad pero también continuidades particulares y secretas fortalecidas por el paso del tiempo e instaladas en nuestra memoria. El trabajo del arquitecto (tal como yo lo veo) está hecho de estratos donde los conceptos y la historia, los objetos y los edificios, los planos, las visitas, las fotografías y los textos bibliográficos construyen una sección, un palimpsesto, de profundidad variable con un valor que se obtiene tanto de su reunión como de la elaboración de discursos independientes con cada uno de los estratos. Tanto la sección como cada una de esas capas son “radiaciones” que iluminan el trabajo de ir encajando las piezas. Para un arquitecto los edificios tienen la virtud de hablarnos con elocuencia y honestidad, sin intermediarios, puesto que no sería imprescindible una interpretación crítica para llegar a reconocerles algún valor espacial o bien materializar con ellos la abstracción más inverosímil y convertirse así en referencias cuando proyectamos. Seguramente los ejemplos a los que vamos a recurrir determinarán áreas de contigüidad en el texto que tratarán de convertir aquellos edificios en útiles de pensamiento para reflexionar sobre el proyecto, fijando un escenario que reúne a diferentes construcciones sin acudir necesariamente a un contexto de época o de estilo, ni a cualquier otra razón cronológica o taxonómica tradicional. Los edificios que aquí describiré se encuentran contiguos en este texto y su mutuo contacto se hace a través de las sucesivas interpretaciones que tratarán de reunir una pequeña lista particular de construcciones diversas para fijar los aspectos que fueron de interés en algún momento y, gracias al mismo, permanecen vivas en la memoria y acrecientan su ejemplaridad en la cualidad de servir como referencia de los proyectos que hoy pensamos. Es evidente que la historia ha seguido con atención la sucesión cronológica de los hechos que aquí no queremos poner en duda, pero que será soslayada en algún momento para lograr los objetivos de un trabajo que, en cualquier caso, no pretende enmendarla sino especular sobre la posibilidad de utilizar un procedimiento de contigüidad no cronológica como instrumento del proyecto. Los arquitectos siempre nos hemos valido de los otros proyectos o edificios para reflexionar y proyectar los nuevos. Los diseños que hoy hacemos son sucesivas proyecciones hacia lo nuevo, resortes inciertos de futuro, incluso cuando, con ellos, se pretendiera hacer recuperación o memoria del pasado, no podemos más que transformar el presente con su materia. Para el que aquí escribe no existe otra manera de proyectar que la de producir enlaces estables entre el pasado y el futuro. Roma por la que transcurrí con la Pensión de la Academia de Bellas Artes hace veinticinco años es una ciudad de la memoria multiforme pero, como en los sueños, también es una ciudad de la convivencia enmarañada entre el pasado y el presente, con la dificultad que evoca toda convivencia. Roma, en este trabajo, aparecerá como la urdimbre que entrelaza y reúne los ejemplos dispares que aquí se verán. Es la ciudad de las superposiciones múltiples; tapices que sucesivamente fueron cubriendo por sedimentos las diferentes épocas de cuya estratificación y relación aún perduran las muestras visibles de algunos ejemplos, y sobre todo la permanencia de un ambiente urbano apenas modificado. Trataré en este trabajo de recuperar algunos monumentos en particular, aunque sería extensible a cualquier objeto del pasado, y observarlos sin el aura en la que se ven envueltos como objetos de un tiempo en manos de la historia o, consecuencia de lo anterior, como fetiches de un pretendido turismo culto. Expongo aquí estos estudios de la historia de los edificios y de las relaciones que han construido entre si; sean estas ciertas o inventadas, nos han servido para forjar una nueva y pequeña historiografía privada de algunos edificios esenciales. Los monumentos que citaré son edificios (a veces ruinas) pero su interés está en verlos como proyectos que pertenecen para el que esto escribe, tanto como los actuales, a nuestro inevitable presente.