Tesis:
Nuevas estrategias de alimentación y manejo para mejorar la salud intestinal de conejos de cebo.
- Autor: ROMERO MARTIN, Carlos
- Título: Nuevas estrategias de alimentación y manejo para mejorar la salud intestinal de conejos de cebo.
- Fecha: 2011
- Materia: Sin materia definida
- Escuela: E.T.S. DE INGENIEROS AGRONOMOS
- Departamentos: PRODUCCION ANIMAL
- Acceso electrónico:
- Director/a 1º: NICODEMUS MARTIN, Nuria
- Resumen: El objetivo principal de esta tesis fue trazar estrategias, alternativas al uso de antibióticos, en la alimentación y el manejo de los conejos de cebo, con el fin de reducir la tasa de mortalidad debida a enfermedades digestivas.El primer experimento tuvo por objetivo cuantificar la concentración de toxina α de Clostridium perfringens en muestras de contenido cecal de conejos afectados por
enfermedades digestivas y relacionar estas concentraciones con los recuentos de C. perfringens. Asimismo, este experimento caracterizó los síntomas de los conejos enfermos y genotipó las cepas de C. perfringens aisladas en los conejos con lesiones clínicas de Enteropatía Epizoótica del Conejo (EEC). Para realizar este trabajo, se destetaron, con 35 días de edad, 711 conejos, que fueron alojados por pares y cebados hasta los 63 días de edad. No se llevó a cabo ninguna infección experimental y no se dieron antibióticos ni el pienso ni en el agua de bebida. Los conejos infectados de forma natural fueron sacrificados en cuanto se observó en ellos la presencia de síntomas propios de enfermedades digestivas, siendo sometidos en ese momento a una necropsia. En conjunto, el 88,5% de los conejos enfermos padecían enfermedades digestivas y de ellos el 53,6% estaban afectados por EEC. Junto con la diarrea, los signos de EEC más
recurrentes fueron la hinchazón abdominal y los borborigmos. Además, en la necropsia, se constató que, de forma habitual, el tramo anterior del aparato digestivo aparecía lleno y distendido por grandes volúmenes de gas y líquido. El 73% de los conejos afectados por EEC presentaba contenido cecal líquido mientras que la compactación cecal sólo apareció en el 27% de los animales. Para una misma edad, el peso vivo fue, de media, un 49,2% (P<0,001) más bajo en los conejos enfermos que en los sanos. Para recuentos de C. perfringens menores de 6,0 log UFC/g, la concentración de toxina α permaneció por debajo de 2,6 μg/mg. Sin embargo, para recuentos de bacterias por encima de 6,0 log UFC/g, la concentración de toxina α varío entre 0,12 y 60,9 μg/mg. No obstante, tanto la concentración cecal de colonias de C. perfringens (7,65 vs. 3,09 log UFC/g,
P<0,001) como la de su toxina α (6,02 vs. 0,17 μg/mg, P<0,001) fueron mayores en los conejos enfermos que en los sanos. En todos los conejos afectados por la EEC, las cepas de C. perfringens pertenecieron al toxinotipo A. No se identificó ningún otro toxinotipo ni se detectó el gen de la enterotoxina en ninguna de las cepas aisladas. En el segundo experimento, se trató de evaluar el efecto de la camada de origen sobre la mortalidad en cebo debida a la EEC. Para ello, se destetaron a los 35 días de edad, y se alojaron por pares en una nave de cebo, 50 y 69 camadas procedentes de dos bandas consecutivas (471 y 655 gazapos destetados en el primer y segundo ensayo, respectivamente). En ambos ensayos, todos los conejos fueron alimentados con un pienso estándar de cebo (33,0% FND, 14,9% almidón, 15,5% PB y 10,1 MJ ED/kg) hasta los 63 días. De los 35 a los 63 días, los conejos tuvieron siempre acceso ad libitum al pienso y al agua de bebida. El agua estaba completamente exenta de medicamentos y el pienso sólo contenía 60 ppm de robenidina. El día del destete del segundo ensayo, se
recogió material del nido (principalmente paja, pelo y heces duras) de seis conejas madres (tres conejas fueron seleccionadas por la alta mortalidad que tuvieron sus respectivas camadas en el primer ensayo mientras que ninguno de los gazapos de las otras tres conejas escogidas se habían muerto en el ensayo anterior). Al día siguiente, se recogieron cecótrofos de esas seis hembras. Asimismo, se tomaron muestras de polvo de los extractores de aire de la nave de cebo al principio, el día 14 y al final de cada uno de los dos periodos de cebo. Todas las muestras de polvo y aquellas procedentes de los nidos fueron analizadas para determinar su concentración en esporas de C. perfringens. En los cecótrofos se determinó el recuento de colonias vegetativas de C. perfringens. La tasa de mortalidad en cebo por EEC ascendió a 2,97 y 12,2% (P<0,001) en el primer y segundo ensayo, respectivamente. Los conejos que murieron por EEC representaron el 76,6% del número total de bajas. El 15,9% de las muertes se debieron a síndromes diarreicos inespecíficos y el 7,5% restante a pasteurellosis y enfermedades respiratorias. Sólo el 10 y 32% de las camadas concentraron todas las bajas causadas por la EEC en el primer y segundo ensayo, respectivamente. Como efecto principal, la pertenencia a una determinada camada explicó el 57,5 y el 47,0% de la variabilidad total registrada en los resultados de mortalidad, en el primer y segundo ensayo respectivamente. Sin embargo, no se dio ninguna relación aparente entre la tasa de mortalidad de las camadas en el periodo de cebo y la concentración de esporas de C. perfringens en el nido el día del destete, ni entre la citada mortalidad y el recuento de colonias de C. perfringens en los cecótrofos de las madres. Por último, se observó un paralelismo entre el recuento ambiental de esporas de C. perfringens y la tasa de mortalidad de los conejos en cebo El efecto de una limitación horaria en el acceso al comedero (permitido únicamente durante ocho horas al día: de las 09:30 a las 17:30) sobre los rendimientos productivos y
el estado sanitario de los gazapos en crecimiento fue estudiado en el tercer experimento. Para ello, se destetaron a los 35 días de edad un total de 192 gazapos (dos ensayos consecutivos; 96 conejos por ensayo), que fueron asignados a dos regímenes distintos de alimentación (continuamente alimentados ad libitum o restringidos entre los 35 y los 49 días). Los conejos fueron alimentados con un pienso estándar de cebo no medicado y fueron cebados hasta los 63 ó 70 días de edad (en el primer y segundo ensayo, respectivamente). En ambos ensayos, el consumo global de alimento y el peso vivo final fueron menores (P<0,004) en los conejos que habían sido restringidos que en los conejos que habían sido siempre alimentados ad libitum. En ninguno de los ensayos, la restricción alimentaria mejoró la eficiencia de conversión del alimento. En el primer ensayo, no se dieron problemas de salud reseñables (mortalidad media: 1,04%) mientras
que en el segundo ensayo la restricción alimentaria permitió reducir tanto la mortalidad (25,6 vs. 6,34%, P=0,017) como la morbilidad (41,4 vs. 12,7%, P=0,004). El interés práctico de la restricción alimentaria en las explotaciones cunícolas de cebo españolas queda mitigado por el peso convencional de mercado ya que los conejos restringidos pesaron menos de 2 kg a los 63 días de edad. No obstante, en un contexto con alta incidencia de trastornos digestivos, una limitación temporal en el acceso al comedero
mejora el estado sanitario de la granja y podría compensar el breve alargamiento del periodo de cebo necesario para alcanzar el habitual peso comercial de sacrificio. El propósito del cuarto experimento fue evaluar el efecto de dos ratios FND:almidón diferentes (425:67 vs. 330:149 g/kg) y de dos edades de destete (28 vs. 42 días) sobre los recuentos intestinales de C. perfringens y la mortalidad en cebo de gazapos en crecimiento. En este experimento, se usaron las camadas de 80 conejas híbridas. Una vez más, ni el pienso ni el agua de bebida contenían antibióticos. El pienso que incluía
un 33% de FND y un 14,9% de almidón redujo la proliferación cecal de C. perfringens en un 9,2% (P=0,01) y no aumentó la tasa de mortalidad en cebo mientras que, por otro lado, permitió alcanzar unos óptimos resultados productivos. Tras aplicar un protocolo de limpieza menos estricto para empeorar las condiciones higiénicas de la nave, destetar a 42 días redujo la tasa de mortalidad en cebo con respecto a gazapos destetados a 28 días (14,1 vs. 26,7%, P<0,05). Asimismo, a 42 días de edad, los recuentos cecales de C. perfringens fueron más bajos (P=0,03) en gazapos lactantes que en los que ya habían sido destetados. Finalmente, en este experimento, se halló que las tasas medias de
mortalidad en cebo estaban relacionadas de forma positiva y en gran medida (P<0,001) con los recuentos cecales medios de C. perfringens. El objetivo del quinto experimento fue evaluar el efecto del tamaño de molienda de la cebada y la alfalfa deshidratada (tamaño de los orificios de la parrilla del molino: 4,5 vs. 1,5 mm) sobre los parámetros de crecimiento, la mortalidad en cebo, la digestibilidad de los nutrientes, la histología yeyunal y la concentración ileal de mucina en jóvenes gazapos no medicados. En este experimento, se bloquearon por camada un total de 1.056 conejos destetados a los 35 días de edad que fueron asignados de manera aleatoria a los distintos piensos experimentales (cuatro piensos en una estructura factorial 2 x 2 con dos efectos principales: tamaño de molienda de la cebada y tamaño de molienda de
la alfalfa). Todos los gazapos fueron cebados hasta los 63 días de edad. Los resultados del tercer experimento parecen justificar el interés de una molienda diferenciada, en la alimentación de los conejos de cebo, para los cereales y las fuentes de fibra puesto que el pienso que incluía cebada fina y alfalfa grosera no incrementó el peso del contenido cecal, dio lugar a un consumo alto de alimento y resultó en una digestibilidad ileal alta y un flujo ileal bajo del almidón. En cambio, moler al mismo tamaño los cereales y los ingredientes fibrosos puede presentar algunos inconvenientes. Así, moler la cebada y la
alfalfa deshidratada de forma grosera empeoró la digestibilidad del almidón y aumentó la concentración ileal de mucina, mientras que la molienda fina de ambos ingredientes condujo a un mayor peso del contenido cecal y redujo el consumo de alimento. Asimismo, en los experimentos segundo, tercero, cuarto y quinto, se recogieron muestras de polvo de los extractores de aire de la nave de cebo para evaluar el efecto que diferentes protocolos de limpieza tenían sobre el recuento ambiental de esporas de C. perfringens. Todos estos recuentos fueron relacionados de forma conjunta con los correspondientes valores contemporáneos de mortalidad en cebo registrados en las naves de donde procedían las muestras de polvo. De este análisis de regresión, emergió
que existía una correlación positiva (r = +0,93; P<0,001) entre la mortalidad en cebo debida a enfermedades digestivas y el recuento ambiental de esporas de C. perfringens. A modo de conclusión, el recuento cecal de C. perfringens puede ser usado como un indicador del estado de salud del intestino de conejos en crecimiento mientras que el recuento ambiental de esporas de C. perfringens refleja indirectamente el riesgo de brotes de enfermedades digestivas en la explotación. La camada de origen es responsable de una gran parte de la variabilidad total encontrada en las tasas de mortalidad por Enteropatía Epizoótica. Por tanto, bloquear por camada al inicio de cada experimento de cebo resulta indispensable para evitar obtener resultados sesgados por la
camada de procedencia de los gazapos. Si no completamente retirados, el uso de antibióticos en la alimentación de conejos de cebo puede verse drásticamente reducido en gazapos destetados a 35 días si el pienso contiene adecuados niveles de fibra insoluble (en torno a 34%, evitando concentraciones que superen el 40%) y de almidón (alrededor de un 15%) y si los gazapos son alojados en una granja que haya sido sometida a un exhaustivo proceso de desinfección justo antes del inicio del periodo de cebo. Una vez satisfechas estas premisas, la restricción alimentaria durante los primeros 14 días post-destete pueden aportar ventajas añadidas en la prevención de las enfermedades digestivas, si bien retrasa en unos días la edad a la que los conejos alcanzan los 2 kg PV. Finalmente, podría resultar interesante combinar una molienda fina de los cereales con una molienda grosera de los ingredientes fibrosos en la alimentación de los conejos en crecimiento.