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Tesis:

Arquitectura antidesertización. Fluidez, biodiversidad, hidrofilia y transpirabilidad.


  • Autor: GONZALEZ VIVES, Carolina

  • Título: Arquitectura antidesertización. Fluidez, biodiversidad, hidrofilia y transpirabilidad.

  • Fecha: 2014

  • Materia: Sin materia definida

  • Escuela: E.T.S. DE ARQUITECTURA

  • Departamentos: PROYECTOS ARQUITECTONICOS

  • Acceso electrónico: http://oa.upm.es/33774/

  • Director/a 1º: ABALOS VAZQUEZ, Jose Ignacio

  • Resumen: La escasez de recursos, la desertización creciente y el previsible calentamiento global forman un escenario físico sin precedentes que urge la revisión de las relaciones entre arquitectura y agua en la urbanización de los paisajes secos, donde la aridez es el factor limitante principal. Cuestionar la idea de escasez, la de residuo o la de confort es el punto de partida para analizar la hidrología urbana. La condición ubicua y dinámica del agua, sus continuos cambios de estado y las implicaciones energéticas y ambientales involucradas argumentan a favor de un entendimiento integral, holístico, que aborda el diseño en relación a lo paisajístico, lo infraestructural y lo ambiental como un único ámbito de investigación, planteado en términos no solo de materia o de escasez, sino de energía. Este trabajo se interesa por el rol de la arquitectura en este proyecto conjunto, integral, del espacio físico con el ciclo hidrológico donde lo orgánico, lo geológico y lo atmosférico están ligados, y donde las categorías de lo hidrológico y lo hidráulico se confunden. Las profundas implicaciones culturales en la construcción de la naturaleza urbana y en la relación con el cuerpo adquieren especial notoriedad en los modelos de paisaje y de espacio público adoptados, importados desde las geografías húmedas, y en el estigmatizado del agua desde los presupuestos del higienismo decimonónico, que conduce al hidrofugado general de una ciudad aséptica y estéril, que se extiende hasta las envolventes de fachada estancas y los interiores blancos y satinados. La búsqueda de referentes salta la modernidad hacia contextos de baja energía como el oasis tradicional de las tierras áridas, que concilia la formación de un ecosistema productivo con la climatización de un espacio público exterior, o los ambientes cerrados de la investigación aeroespacial, con ciclos cerrados de materia. Las condiciones del ciclo del agua como la vinculación con el suelo y el territorio, la capacidad de disolver, de mezclarse y de lavar, su volumen variable y su papel como termorregulador señalan el interés que características físicas como la fluidez, la biodiversidad, la hidrofilia y la transpirabilidad tienen para una arquitectura con competencias hidráulicas y un espacio urbano transparente a los procesos del agua. La morfología y localización, la elección de escalas, jerarquías y relaciones entre espacios y la reformulación de los sistemas constructivos aparecen como herramientas y categorías propias desde las que proponer mejores respuestas a problemas como la deshidratación, la erosión y la contaminación. Proponer una urbanización permeable e hidrófila, que absorba y retenga el agua como un patrimonio valioso; redefinir las relaciones bioquímicas con ecosistemas activos que introduzca una nueva idea de limpieza más próxima a una ciudad fértil; y regular las condiciones atmosféricas a través de una arquitectura transpirable, que se empapa y rezuma frescor, son parte de este nuevo proyecto del agua. Conducen a pensar la ciudad como una síntesis multiescalar de espacios hidráulicos que aporta a las metrópolis de los paisajes áridos mayor resiliencia frente a la desertificación y las condiciones climáticas extrema, y mayor visibilidad en la escena pública al agua y a las inevitables conexiones entre ecología y economía. Pero también es una oportunidad para revisar las categorías disciplinares, para renovar las consistencias materiales y las calidades ambientales. Y para una imaginación más feliz de las relaciones entre el cuerpo y el espacio.