Tesis:

La desintegración estilísta de la arquitectura contemporánea


  • Autor: MUÑOZ JIMENEZ, María Teresa

  • Título: La desintegración estilísta de la arquitectura contemporánea

  • Fecha: 1982

  • Materia: Sin materia definida

  • Escuela: E.T.S. DE ARQUITECTURA

  • Departamentos: SIN DEPARTAMENTO DEFINIDO

  • Acceso electrónico:

  • Director/a 1º: MONEO VALLES, Rafael

  • Resumen: El estilo, tal como aparece definido en los diccionarios, tiene que ver con aquello que en una obra es característico, distintivo y se refiere a la forma o a la manera, en contraposición a la substancia y al contenido. Por otra parte, aun cuando etimológicamente y en su origen, el estilo se refiera al estilo de un individuo, lo cierto es que en la historia del arte y en la crítica estética la palabra estilo posee más comúnmente una connotación colectiva. Concretamente en la arquitectura, los estudios estilísticos parten siempre, al menos implícitamente, de aceptar que existe un cierto grado de constancia en las formas arquitectónicas y tienden a interpretar el estilo ya sea como fórmula o canon - como norma por excelencia del valor arquitectónico - o como la idea más familiar de los estilos históricos. En algunos momentos de la historia, el estilo ha sido para los arquitectos un condicionante esencial a la hora de construir sus obras. En unos casos - como sucede en la arquitectura inglesa de finales de la llamada Epoca Victoriana - la batalla de un estilo clásico contra otro gótico absorbió prácticamente toda la problemática arquitectónica y fue el motor principal en la construcción de los más importantes edificios. En otros casos - como el de la arquitectura americana de la última década del siglo XIX - la principal preocupación de los arquitectos era precisamente la de crear con las formas existentes un nuevo estilo propio. La aparición de la arquitectura moderna, y su posterior conversión en un Estilo Internacional, supuso una total mutación de los intereses de los arquitectos al tiempo que un desprecio del estilo como objetivo de la arquitectura. La forma, en la arquitectura moderna, no era algo elegido, sino un resultado necesario. Y, si tras la codificación de Hitchcock y Johnson, cabía hablar de estilo, era de un estilo con los atributos opuestos a los propios de los estilos históricos: de un estilo instantáneo, universal y consolidado desde el mismo momento de su nacimiento, un estilo al que ningún arquitecto podía ser ajeno y al que toda obra construida confluía fatalmente.La lucha contra la arquitectura moderna, planteada abiertamente en los años sesenta como liberación y ensanchamiento de un campo formal excesivamente dogmático y restrictivo, ha acabado con la preeminencia de un único estilo universal y ha abierto las puertas a la multiplicidad de maneras de construir que caracterizan a la arquitectura contemporánea. Y, lo que es más importante, la crítica ha hecho su aparición como auxilio al creador en sustitución de la seguridad y la estabilidad formal que proporcionaba el único estilo de la modernidad. La forma arquitectónica, el estilo, se ha desplazado hacia lo concreto y, podemos decir que negando su propia condición de estilo, se ha apartado de todo lo colectivo y compartido. La necesidad de reflexión crítica en cada obra que un arquitecto proyecta o construye ha hecho que la forma se adhiera fuertemente a las actitudes teóricas de los autores y que el estilo sea ahora mucho más el estilo de un arquitecto individual o incluso el estilo de una obra concreta.Tal vez la historia del estilo concluye en la arquitectura con ese estilo potente y unitario que fue el Estilo Internacional. Hoy la meta de la arquitectura está en saber aliviar la angustia del individualismo haciendo que el estilo sea producto de la reflexión. La arquitectura de nuestra época deberá librar su batalla, mucho más que nunca, en el campo de lo singular, en la soledad de la obra concreta